Elina Svitolina vive un momento mágico tras su regreso al WTA Tour. Semifinales en Wimbledon, cuartos de final en Washington. Dos resultados unidos por un hilo conductor: un doble desafío contra Viktoria Azarenka.
En el All England Club, la bielorrusa fue abucheada por no dar la mano a la ucraniana; en Washington, la decisión se concretó en un anuncio antes del partido. Elina Svitolina habló de esta elección en la víspera del torneo de Montreal, en una rueda de prensa.
Dijo: "No sé si se les consultó, pero por mi parte Steve Simon (CEO de la WTA) me habló antes del partido de que habría un anuncio al respecto. Como dije antes, después del partido de Wimbledon con Vika, quizá debería haberse hecho un anuncio.
La WTA ha reaccionado y ha pensado en ello, así que está bien. Creo que todo ha ido bien. Creo que no hubo abucheos para ninguna de nosotras. ¿Hace que sea más cómodo entre las jugadoras? Creo que se tomó la decisión correcta.
Estoy contenta de que se respete nuestra decisión, y eso es lo más importante para nosotras".
Elina sobre el regreso de Wozniacki
La tenista ha vuelto en plena forma tras el nacimiento de su primera hija, Skai.
En Montreal, sin embargo, es el escenario de otro regreso: Caroline Wozniacki, que regresa después de dos años y dos hijos. Elina dijo: "Respeto mucho que Caroline vuelva después de dos años. No me ha sorprendido su regreso porque creo que quiere volver a intentar este reto para ella personalmente, y me parece estupendo.
Estoy deseando jugar contra ella, entrenar juntas... Es una buena persona. Tuvimos una pequeña charla. Por desgracia, duró poco, ya que perdí mi semifinal en Wimbledon. Cuando me reuní con ella, me dedicó unas bonitas palabras.
Sí, es estupendo que haya chicas postparto dispuestas a volver. Creo que hace falta mucha fuerza y mucho trabajo para volver. No sólo para jugar en la gira, sino también al mismo nivel que has estado antes.
Así que sí, es genial. También demuestra, creo, cómo son las mujeres y lo fuertes que son". Elina Svitolina ha sido una gran luchadora por su país y tomó la decisión de no dar la mano a sus rivales rusas y bielorrusas tras los partidos.