El último año y medio ha sido de un enorme dominio, por no decir casi total, de Roger Federer y Rafael Nadal, quienes no solo han ganado los últimos seis Grand Slams, además de ello, han ocupado la cima del ranking de la ATP en varias ocasiones, alternando varias veces en la cima del mejor tenis del mundo.
El suizo ganó el tercer necesario partido de ests semana para meterse en la final del ATP 250 de Stuttgart tras derrotar en tres parciales al australiano Nick Kyrgios, y jugará la definición este domingo ante el canadiense Milos Raonic.
El de Basilea analizó lo que fue su partido contra el oriundo de Canberra. "Estoy muy feliz, muy aliviado. Pensé que era un partido difícil como esperaba contra Nick. Ya hemos jugado tantos desempates, estoy perdiendo la cuenta.
Estuvo cerca. Podría haber ido en cualquier dirección, naturalmente. Protegí mi servicio bastante bien, no recuerdo haber salvado ningún punto de quiebre hoy. Tengo otra final, así que son buenas noticias.
Pero estoy contento de haberlo conseguido y volver al No. 1 del mundo el próximo lunes, así que es muy emocionante".
El de Basilea también analizó su rivalidad con el campeón de Roland Garros, con quien se ha alternado varias veces este año en el sitial de honor.
"Es genial para los fanáticos que haya estado yendo y viniendo. Es bastante divertido en este momento", admitió Federer, quien resaltó el sabor especial que tuvo el encuentro de este sábado. "Cuando juegas contra él y no está en una final de Grand Slam, y lo haces en un 250 o 500 se siente diferente.
Estoy agradecido con mi equipo, me siento muy bien al respecto, especialmente llegar allí en un desempate sobre el tercer set le agrega dramatismo extra", sentenció el número uno del mundo más longevo de la historia.