Kevin Anderson revela terribles horas después del maratón de Wimbledon

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En una entrevista con The Daily Mail, Kevin Anderson reveló las terribles horas que vivió después de su semifinal de Wimbledon de seis horas y media contra John Isner a principios de este año en julio.

"Aproximadamente a las 3.30 de la mañana me levanté y mis pies literalmente se sentían que estaban en llamas. Ni siquiera podía tener las sábanas tocándolos", confesó Anderson.

"Mi fisioterapeuta estaba durmiendo en una habitación de abajo y mi esposa tuvo que ir a buscarlo. Hizo un tratamiento para liberar algo de la presión y hacer que el flujo de sangre continuara, lo que proporcionó un poco de alivio".

Anderson se dirigiría nuevamente a la Cancha Central el domingo, donde perdió la final con Novak Djokovic. "No pude haber dormido más de cuatro horas el viernes por la noche con la combinación de adrenalina y malestar", admitió el jugador de 32 años.

"Inmediatamente después del partido me sentí muy emocionado al hacer mi primera final de Wimbledon. Hubo unos buenos 40 minutos cayendo en cuenta de eso. Mi mamá estaba allí y llamé a mi papá.

Luego hice los procedimientos básicos: enfriarme, estirarme, entrar en el tanque de hielo, introducir algo de comida y luego hay que encontrarse con los medios. Todo tomó cerca de dos horas y media, así que no estaba lejos de la medianoche cuando llegué a casa, y luego hicimos otra sesión de tratamiento.

Fue entonces cuando se puso bastante difícil, porque las emociones del partido se habían calmado un poco y mis dedos de los pies estaban incómodos, mis pies muy incómodos y todo mi sistema digestivo fuera de control.

No estaba enfermo, pero no me sentía bien y luchaba por dormir. El sábado tpegué diez minutos como máximo. Acabas de tener un gran partido y te preguntas: '¿puedo jugar otro?' Iba a encontrar una forma de jugar, pero definitivamente había un '¿cómo voy a jugar la final cuando me siento así?'".