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Tras el tradicional domingo de descanso era momento de momento de retomar el trabajo en el tercer Grand Slam de la temporada, Wimbledon, donde el campeón defensor volvería a abrir el telón en la Cancha Central para disputar los octavos de final en una semana definitoria en el tercer Grand Slam de la temporada.
El comienzo de las acciones tendría dos realidades muy distintas, Roger Federer comenzaba enchufado desde la voz de play con un tenis imparable, casi perfeccto ante un nervioso y maniatado Adrian Mannarino, que poco podía hacer ante el ocho veces ganador de este torneo.
Desde el primer juego Federer estuvo muy regular desde la línea de base, muy efectivo con su servicio y agresivo con la devolución, un parcial donde pudo romper el saque de su rival en tres oportunidades para sumar seis juegos al hilo e inscribir un 6-0 ante el zurdo francés, señalado por el helvético como un exigente prueba táctica en esta ronda.
En el primer set el de Basilea solo cedió cuatro de 17 puntos disputados con su servicio y tuvo un 100% de efectividad en las tres chances que manejó para romper, lo que sumado a once tiros ganadores le dio el primer parcial en tan solo quince minutos de juego.
La única estadística en la que resaltó el galo fue en el primer punto de quiebre que generó, el primero que enfrentó Federer en lo que va de torneo.
Tras los nervios iniciales por jugar en el patio del dueño de casa, Mannarino pudo encontrar la calma necesaria para retomar el tenis que lo llevó a los 16 mejores del campeonato más tradicional del deporrte blanco.
El zurdo de 30 años daba pelea a pesar de la molestia en el aductor y planteaba una batalla estratégica desde el fondo de la cancha, variando su tenis y tratando de igualar la pizarra.
Federer siguió metido a lo suyo, apenas cedió un punto con su primer saque, de 20 que jugó, y con la devolución se sintió en la posición para atacar en cada oportunidad el saque de su rival.
Generó hasta siete chances, pero no fue sino hasta la etapa final del set que pudo tumbar al francés para tomar la segunda manga por 7-5.
Pasó algún que otro susto Federer que tuvo que dar el máximo en ocasiones para evitar que Mannarino complicara el día en la oficina, un francés que tuvo hasta tres oportunidades de quiebre, pero el mago escapó.
El de Basilea manejó las situaciones límite con gran capacidad y tras un passgin de derecha formidable generó la chance de quiebre necesaria para romper el saque de su adversario en el noveno juego.
Tras una hora una y 46 minutos de acción Roger Federer superó a Adrian Mananrino por 6-0, 7-5 y 6-4, victoria que lo lleva a los cuartos de final del tercer Major de la campaña, sin ceder sets, y esperando al ganador del compromiso entre Gael Monfils y Kevin Anderson.
Por si fuera poco, Federer ya suma 176 victorias sobre pasto, el más ganador de la historia, además de ser la 16° aparición del suizo en los cuartos de final de este torneo.
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