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Más allá de la madurez que muestra en pista, Carlos Alcaraz todavía es un niño de apenas 20 años, que se ha acostumbrado a la presión desde muy temprana edad. Si bien gran parte de la fortaleza mental que muestra es gracias a los consejos que recibe de su entrenador Juan Carlos Ferrero, también ha sido importante el apoyo de su familia que lo acompañan en cada parada que tiene en el tour.
"Para mí es muy importante tener a mi familia a mi lado. Tengo mucha suerte por poder traer a parte de mi familia conmigo y viajar alrededor del mundo. Estoy viajando todo el año, no paso tanto tiempo como me gustaría en casa con ellos, y saber que tengo una parte de mi casa conmigo hace más fácil que esté bien durante los torneos.
Es muy, muy importante. La familia es la gente en la que más puedes confiar, es muy importante tener una buena relación con ella y, en mi caso, tener su apoyo durante mi carrera", reconoció el número dos del mundo luego de su debut en el China Open.
En rueda de prensa le preguntaron al murciano sobre cómo le gusta que le llamen. "No lo sé, sinceramente. Supongo que depende de la parte de España en la que estés. Desde que soy muy chico siempre me han llamado Carlitos, la gente más cercana a mí me llama Carlitos desde que era muy, muy joven.
Yo me llamo a mí mismo Charlie. Es un poco diferente, no sé. No me importa que la gente me llame Carlitos o Charlie, quizás depende de la parte del mundo de la que seas", puntualizó. Alcaraz ya se ha ganado a gran parte de la afición del mundo que lo ven como la nueva cara del “deporte blanco”, sobre todo una vez que los miembros del Big-3 decidan colgar su raqueta de forma definitiva.
¿Qué tan importante crees que sea para un deportista de élite el respaldo de su familia?