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El marketing deportivo tendrá una clase especial en con el movimiento que ha ejecutado Roger Federer esta semana, un atleta que deja la súper poderosa Nike tras 24 años vistiendo la ropa de la marca nacida en Oregon por la gigante japonesa Uniqlo, empresa que ha tomado una de las grandes estrellas del deporte mundial para lanzarse, muy en serio, a la conquista del mercado mundial.
Con presición, con un cálculo perfecto, la marca asiática y el suizo han anunciado oficialmente su unión: primera ronda de Wimbledon, donde Federer es el campeón defensor que buscará su novena corona.
La noticia opacó todos los resultados del día, un vínculo que arranca con todo y que tendrá al helvético vistiendo esta ropa hasta los 47 años por 300 millones de dolares, cuatro veces más de lo que pagaba Nike, quien no atendió las exigencias del suizo en un contrato que había finalizado desde marzo.
¿La peor jugada de Nike? El tiempo dirá, pero desde la aparición del campeón de 20 grandes con Uniqlo, sus acciones cayeron un 3%.
Pero, ¿qué es Uniqlo?
Es una cadena japonesa de tiendas de ropa y complementos que ya había tenido a un gran embajador como el serbio Novak Djokovic, que vistió sus prendas durante cinco años, antes de marcharse a Lacoste y que también viste a Kei Nishikori.
Esta empresa, de prendas casuales con dieño exclusivo, pertenece al gigante textil Fast Retailling que fue creada en 1984 y que tiene más 1.500 establecimientos y trata de crecer en todo el planeta para dar pelea a otras grandes cadenas como Zara, H&M y GAP.